ES PURO HUMO

¿Alguna vez usaste un vapeador, te hablaron de uno o te dio curiosidad? Tenemos algo que contarte: No es vapor, Es Puro Humo

A través de los vapeadores, la industria tabacalera encontró la forma de resistir y reinventarse frente a los avances en las políticas públicas que protegen la salud y restringen la promoción de productos de tabaco. 

Un “mundo libre de humo”, “productos para dejar de fumar”, diseños cool y tecnológicos… son algunos de los disfraces bajo los cuales estas empresas buscan seguir entrando en los pulmones -principalmente- de jóvenes…

MITO 1: «Vapear no es fumar. Es solo aspirar vapor de agua»

Los vapeadores no usan vapor de agua. Lo que se inhala es otra cosa.

Entonces… ¿Qué son los vapeadores? Un grupo de nuevos productos que se basan en la volatilización (hacer “niebla”) de distintos compuestos para administrar tabaco y/o nicotina.

La mayoría tienen alcoholes y derivados, también nicotina y saborizantes. Se estima que solo entre el 10% y el 20% restante de los líquidos corresponde a agua. Claramente, esto se aleja de la idea que tenemos del vapor, compuesto 100% de agua. Por eso, para evitar confusiones y asociaciones incorrectas hablamos de “cigarrillo electrónico” y no de “vapeador”.

MITO 2: «Pero son la mejor opción para dejar de fumar»

Es Falso. Según la Organización Mundial de la Salud, la evidencia científica es insuficiente para concluir que los cigarrillos electrónicos sean una ayuda eficaz para dejar de fumar comparado con otros métodos más recomendados.

Por eso, para dejar de fumar se sugiere usar métodos tradicionales, como la psicoterapia y las terapias de reemplazo de nicotina. 

MITO 3: «Los cigarrillos electrónicos no son peligrosos, no hacen nada»

Falso. Los cigarrillos electrónicos aumentan el riesgo de:

• Enfermedades respiratorias (como asma, insuficiencia respiratoria, enfermedades pulmonares asociada a cigarrillo electrónico, etc.) 
• Enfermedades cardiovasculares  (riesgo de infarto, ACV, aneurismas, etc.)
• Cáncer
• Daño reproductivo (impotencia sexual, alteraciones fetales en el embarazo)
• Adicción a la nicotina y síndrome de abstinencia
• Iniciar en el tabaquismo convencional
• Ser consumidores duales: fumar cigarrillos convencionales y electrónicos al mismo tiempo.

Además, “vapear” en ambientes cerrados hace que queden residuos de nicotina y otras sustancias en el ambiente. Es decir, aunque no vapees, te lo fumás igual.

MITO 4: “Igual… Son más seguros que los cigarrillos comunes”

No es tan así. Aunque son menos nocivos que el cigarrillo convencional, no es posible garantizar la seguridad de los químicos que tienen estos productos. Todavía  no hay estudios que evalúen los efectos de su uso a largo plazo sobre nuestra salud.

Además, tal como pudimos ver a través de diferentes noticias, hay una asociación directa con muchos casos de enfermedades pulmonares graves.

MITO 5: “¿Pero las empresas no son libres de vender sus productos como quieran?”

Si bien existe la libertad comercial, la industria no es libre de engañar a la población y jugar a “ser personas que protegen la salud” cuando buscan vender productos altamente adictivos.

Las tabacaleras repiten sin parar que los cigarrillos electrónicos son “productos de riesgo y daño reducido” y que buscan ser “actores de salud pública” para luchar contra el tabaquismo, problema que ellas mismas generaron. 

¿Qué es esto? Una estrategia para desvirtuar y engañar sobre la evidencia científica existente y sortear las políticas de control de tabaco que tanto costaron conseguir.

Si siempre fueron el problema, ¿Por qué ahora serían parte de la solución?

Si querés dejar de fumar:  el Ministerio de Salud cuenta con una línea gratuita para ayudarte: comunicate al 0800-999-3040, y personal capacitado te acompañará en el proceso (en argentina.gob.ar/salud/glosario/tabaquismo).