Skip to main content
[uncode_author_profile avatar_position=»top» avatar_border=»yes» avatar_back_color=»accent» heading_semantic=»h4″ text_size=»» author_bio=»»]
[uncode_share layout=»multiple» bigger=»yes» separator=»yes» title=»Compartir Nota»]

¿Qué es la gobernanza global? ¿Está en crisis? Estas preguntas surgen en un contexto de emergencia de una nueva pandemia que tiene en vilo a la humanidad. En las siguientes líneas se podrán encontrar las respuestas a dichas preguntas para finalizar en la necesidad de fortalecer el sistema de gobernanza global.

Es 31 de diciembre de 2019, el gobierno de China informa a la Organización Mundial de la Salud -OMS- casos de neumonía producidos por un virus desconocido. La mayoría, en las vísperas de un nuevo año, no imaginamos que al poco tiempo íbamos a estar en nuestras casas cumpliendo un aislamiento. Mucho menos, que esta situación de encierro se iba a replicar en la mayoría de los países del globo. Son circunstancias excepcionales que vamos a recordar por mucho tiempo, van a cambiar hábitos aprendidos, normas culturales, formas de pensar, analizar y ver la realidad que nos rodea. Ahora bien, es necesario preguntarnos ¿Cuál es este hecho excepcional que tiene en vilo a todo el mundo?

La situación anómala que estamos viviendo se debe a la pandemia, popularmente  conocida  como COVID-19 ocasionada por el Coronavirus. No obstante, no es la primera vez que el mundo se enfrenta a una crisis de éstas características. Si indagamos en la historia nos encontramos con distintas pandemias que han tenido impacto sobre el sistema internacional. Ejemplo de ellas son la peste negra en el Siglo XIV que afectó, principalmente, Eurasia, y tuvo su pico entre los años 1347 y 1353. Su consecuencia fue la crisis del sistema feudal e inició un período de transición hacia el mundo moderno. Más cercano a la actualidad, la pandemia de gripe de 1918 que se originó al final de la Primera Guerra Mundial es considerada como la más mortífera de la humanidad (alrededor de 50 millones de víctimas es el valor estimado).

Estas enfermedades tienen algo en común: no distinguen fronteras, etnias, razas ni religiones; pero -principalmente- es el carácter global que éstas tienen. La COVID-19 es global dado que está afectando a todos los Estados del mundo por igual y pone en riesgo un bien público esencial que es la salud. Además, en la era de la globalización económica y la revolución de las comunicaciones y el transporte, el virus viaja y se propaga con mayor rapidez por todo el mundo. Parafraseando una canción del gran Charly García, la COVID-19 no viaja en tren sino en avión.

[vc_single_image media=»61362″ media_lightbox=»yes» media_width_percent=»100″ alignment=»center» lbox_title=»yes»]

Aquí, es necesario preguntarnos ¿Qué es la gobernanza global? A partir de la década del 90, tomó relevancia la utilización del término para hacer referencia al “buen gobierno” en un contexto de globalización donde los límites del Estado-Nación se vuelven difusos. Así, muchos autores han teorizado sobre ésta y se han elaborado muchas definiciones al respecto. Si bien las ciencias sociales tratan de explicar todo, la mayoría de las veces eso no es posible. Mucho menos, tratar de explicar un fenómeno tan complejo que involucra diferentes niveles de acción ya sean locales, regionales o globales.

Según la Real Academia Española -RAE-, la gobernanza es el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado. En este primer acercamiento al concepto, vemos como la similitud entre gobernanza y la acción de gobernar muchas veces llevan a la confusión. El término gobernar refiere a gobierno, el cual se ejerce sobre una población y un determinado territorio. Así, el gobierno es un elemento constitutivo del Estado Moderno como también la población y el territorio.

Ahora bien, según Renate Mayntz, la gobernanza refiere a la solución de problemas colectivos. La autora agrega que las organizaciones internacionales, ya sean gubernamentales o no gubernamentales, están comprometidas en la solución de problemas colectivos y que éstos figuran en sus estatus. Así, encontramos a la Organización de las Naciones Unidas -ONU- encargada de velar por la paz mundial y la seguridad internacional. El Fondo Monetario Internacional -FMI- que se encarga de velar por la estabilidad económica de los países miembros. La Organización Mundial para la Salud -OMS- tiene por objetivo que todas las personas disfruten del más alto nivel de salud.

No obstante, Thomas Legler nos ofrece su propia definición. En ella, el autor define la gobernanza global como la resolución de problemas globales específicos por medio de la creación de distintas esferas transnacionales de autoridad, cada una de las cuales comprende un grupo diferente de actores y una arquitectura institucional particular. Aquí, Legler introduce cuatro elementos que hacen a la gobernanza global: la resolución de problemas globales, esferas de autoridad, un conjunto de actores y una arquitectura institucional.

Siguiendo con el autor, Legler refiere que la gobernanza global tiene como objetivo la resolución de problemas globales. Ahora bien, ¿Qué entendemos por problemas globales? Al referirnos a un problema estamos dando cuenta de un hecho que opera sobre la realidad sin solución. Si a este le añadimos la palabra “global”, hacemos referencia que este hecho sin solución trasciende la capacidad de los gobiernos de llegar a un resultado positivo. En este sentido, un problema global involucra a más de dos Estados en su resolución. Para ello, los Estados crean mecanismos de solución basados en la cooperación en el seno de instituciones internacionales. Así, los problemas globales que afectan a la humanidad son las pandemias, el tráfico ilegal de personas y armas, el narcotráfico, la proliferación de armas de destrucción masiva -ADM-.

De igual modo, Legler afirma que como método de resolución de problemas globales, la gobernanza global interactúa con la idea de llenar los vacíos de gobernanza, es decir, áreas específicas en las que no hay una solución global. Esto se expresa en la creación de bienes públicos globales. Los mismos son de carácter compartido, que beneficia a muchas personas, Estados y regiones cuyo disfrute no se traduce en una pérdida para un otro. Son bienes públicos globales la paz, la seguridad ciudadana, la estabilidad económica, la salud.

Respecto a las esferas de autoridad, el autor afirma que la gobernanza global se encuentra en el medio de una estructura existente, los gobiernos nacionales; y otra inexistente, el gobierno mundial. En este sentido, los gobiernos nacionales se encuentran limitados por el derecho internacional en la aplicación de su autoridad más allá de sus fronteras nacionales. Por otro lado, los teóricos de la Escuela Realista de las Relaciones Internacionales afirman que la característica principal del sistema internacional es su carácter anárquico, es decir, la ausencia de un gobierno mundial que imponga su autoridad sobre otros Estados. En otras palabras, Legler afirma que la gobernanza global es más que el gobierno nacional pero menos que el gobierno mundial.

Además, las esferas de influencia pueden asumir diferentes sentidos según los actores que la conformen. Así, encontramos el transgubernamentalismo en la medida que se establecen redes de trabajo entre empleados públicos de dos o más Estados en una área temática particular que orienta la política y la toma de decisiones con el fin de aumentar la cooperación entre ellos. Por ejemplo, podemos mencionar la Iniciativa Mérida que tiene como fin aumentar la cooperación entre los Estados para la lucha contra el narcotráfico en Centroamérica. El supranacionalismo es otra forma que puede asumir las esferas de autoridad en la medida que dos o más Estados delegan poderes propios en una entidad superior a ellos. El ejemplo clásico de este estilo es la Unión Europea.

Según Legler, cada instancia de la gobernanza global está formada por un conjunto de actores. La globalización plantea nuevos desafíos a las instituciones internacionales tradicionales que muchas veces no responden de manera adecuada a los problemas contemporáneos. El autor afirma que la gobernanza global se constituye por medio de redes de actores transnacionales e internacionales. Por último, el autor afirma que la gobernanza global crea instituciones internacionales o transnacionales que están orientadas hacia temas específicos. Además, las instituciones internacionales pueden ser de carácter global o regional. Un ejemplo típico es la Organización de Estados Americanos -OEA- encargada de gestionar la gobernanza en el continente americano.

[vc_single_image media=»61429″ media_lightbox=»yes» media_width_percent=»100″ alignment=»center» lbox_title=»yes»]

La Gobernanza Global, ¿En crisis?

La pandemia actual pone en tensión las estructuras que la humanidad ha construido a lo largo de la historia para responder a este tipo de problemas. Más aún, nos muestra a cara lavada las deficiencias del sistema de gobernanza global. En un contexto de competencia económica, política y tecnológica entre Estados Unidos y China, la pandemia vino a profundizar tendencias prevalecientes en el actual orden internacional. Ante el avance de la COVID-19, las medidas que tomaron los Estados fue de acuerdo al contexto particular de cada uno de ellos. Si bien una gran mayoría de países han aplicado medidas de acuerdo a los protocolos de la OMS, estamos muy lejos de afirmar que lo que primó fue la cooperación.

En estos días podemos observar una fuerte competencia para hacerse de los recursos necesarios para hacer frente a la epidemia, como también, la carrera por encontrar la vacuna a la enfermedad. De igual modo, el gobierno de Donald Trump decidió dejar de contribuir al presupuesto anual de la OMS. Para tomar esta decisión, el gobierno de Estados Unidos acusó a la OMS de “ocultar la propagación del coronavirus”. Además, agregó que la OMS es “chino céntrica” y que “como principal donante, Estados Unidos tiene el deber de insistir en una plena rendición de cuentas”  ya que Washington asegura aportar entre 400 y 500 millones de dólares al año, mientras que, China aporta unos 40 millones de dólares al año.

Sin embargo, en las últimas semanas hemos visto como instituciones y grupos internacionales han abogado por una mayor cooperación y solidaridad con aquellos países más afectados por el coronavirus. En este sentido, tanto el Banco Mundial como el FMI han pedido la suspensión del pago de la deuda de los países más pobres. El objetivo es que los recursos que iban a ser destinados al pago de la deuda externas se redirijan  al fortalecimiento del sistema sanitario de estos países. Esta propuesta fue escuchada por el G20, grupo conformado por los Estados más desarrollados del mundo y los principales en vías de desarrollo, que acordaron suspender el pago de la deuda de los países más pobres. Asimismo, ex-presidentes latinoamericanos han pedido al FMI apoyo para evitar una crisis económica en América Latina.

La necesidad de fortalecer el sistema de Gobernanza Global

En estos últimos días fuimos testigos como las decisiones de los gobiernos nacionales, tales como el de Donald Trump, afectaron o buscaron limitar las acciones de las instituciones internacionales encargadas de luchar contra el coronavirus. Estas acciones como el desfinanciamiento de la OMS es el punto de partida para debilitar el sistema multilateral.

Estamos muy lejos de que esta situación finalice y poder sacar conclusiones sobre si un nuevo orden mundial emergerá. Algunas tendencias ya empiezan a verse como el rol relevante de los Estados nacionales en la gestión de crisis. También, las acciones de las instituciones internacionales que buscan que los países acreedores condonen las deudas de países pobres con el objetivo de movilizar recursos al sistema sanitario.

En conclusión, como afirman Esteban Actis y Julieta Zelicovich, la evolución de la pandemia va a determinar la profundidad de los cambios del orden internacional. La prioridad será evitar el colapso del sistema de gobernanza global, la globalización y la democracia liberal. En este sentido, los principales tomadores de decisión tendrán que hacer frente al desafío de construir instituciones capaces de dar respuestas a las demandas futuras. La COVID-19 ha puesto de manifiesto que el egoísmo, el individualismo y la búsqueda de soluciones fronteras adentro no es el camino correcto frente a un desafío global. Es necesario profundizar la cooperación internacional, la solidaridad y el trabajo conjunto entre los países.

[vc_separator sep_color=»accent» type=»dashed» el_width=»100%»]
[vc_button button_color=»accent» display=»inline» width=»250″ link=»url:http%3A%2F%2Fwww.fundeps.org%2Ftag%2Fgobernabilidad-global-es%2F||target:%20_blank|»]Ver más[/vc_button]

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Close Menu

Wow look at this!

This is an optional, highly
customizable off canvas area.

About Salient

The Castle
Unit 345
2500 Castle Dr
Manhattan, NY

T: +216 (0)40 3629 4753
E: hello@themenectar.com