Durante los días 8, 9 y 10 de octubre se llevó a cabo el 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersex y No Binaries en San Luis y estuvimos presentes acompañando las luchas.
Etimológicamente la palabra encuentro significa “acción de coincidir”. Luego del proceso de confinamiento social y obligatorio, coincidir ha adoptado diversas formas y tiempos. A principios del año 2020, con una pandemia que comenzaba, los feminismos intentaron adaptarse a las nuevas realidades para sostenerse y resistir. Si hay algo para decir respecto a ese periodo es que no fue fácil; no fue fácil organizarse, no fue fácil llegar a los barrios, no fue fácil acompañar los casos de violencia de género, no fue fácil acceder al trabajo o a la vivienda, no fue fácil coincidir. Los movimientos feministas se vieron interpelados por una nueva materialidad que amputaba las formas de organización con las que venían funcionando, les quitaba aquello que les permitió crecer y disputar el poder político, aquello que caracteriza a los feminismos: los encuentros.
A pesar de las adversidades y las diferencias, incluso dentro de la misma comisión organizadora donde un grupo quería conservar el antiguo nombre “Encuentro de Mujeres” que ante la negativa del resto decidieron escindirse, prevaleció la pluridiversidad y tuvo lugar el 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersex y No Binaries en San Luis. La ciudad fue copada cambiando el paisaje habitual por pañuelos verdes, banderas y consignas reivindicadoras de la pluridiversidad que ocupaban las calles, plazas y colegios. Por primera vez en dos años, los movimientos feministas tuvieron nuevamente la oportunidad de concurrir a la reunión más convocante del país. Asistieron más de 130 mil personas de los rincones más recónditos de cada provincia e incluso gente de países hermanos que asistió para dialogar y poner sobre la mesa todo lo que hasta el momento no se había podido discutir en conjunto.
Durante esos tres días se llevaron a cabo numerosas intervenciones artístico-culturales, desde recitales hasta obras teatrales, performances, grupos de lectura, muestras fotográficas y juegos. Hubo más de 100 talleres que abordaron diversos ejes temáticos como: identidades y sexualidades; territorios, activismos y organización; niñeces adolescencias y adulteces; transfeminismos; diversidades indígenas; ecofeminismos; violencias patriarcales; derechos humanos y acceso a la justicia; religiones, economía y geopolítica; entre otros. Cada taller significó un espacio de diálogo donde les compañeres asistentes pudieron dar un diagnóstico de sus territorios, compartir experiencias personales y colectivas, ejercitar la escucha activa y debatir sobre problemáticas actuales. De cada uno surgieron conclusiones que luego fueron leídas en el acto de cierre, donde también se decidió el destino del encuentro 2023: la ciudad de Bariloche.
Hubo un despliegue en el que se utilizaron 55 escuelas para alojar a les participantes, 20 espacios para desarrollar los talleres y puestos de hidratación e higiene alrededor de toda la ciudad. Al final de cada jornada y luego de los talleres, se realizaron marchas en las calles: el día sábado, contra los travesticidios y transfemicidios; y el día domingo, por el Encuentro, en la que marcharon encolumnades familiares de víctimas de femicidios, mujeres indígenas, mujeres y disidencias con discapacidad, organizaciones de niñeces, feministas y campañas, movimientos sindicales y partidos políticos. En el recorrido, que pasó frente a instituciones valladas como la catedral, se vivió el contraste de un gran número de fuerzas de seguridad desplegadas por todos lados frente a marchantes pacíficas que inundaron las calles de fiesta, cantos, luces y el calor de volver a encontrarse en multitud al grito de consignas que tenían en común la urgencia de hacerse oír.
La acción de coincidir en el 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersex y No Binaries es una decisión política, es un posicionamiento colectivo, interseccional e incluyente de las diversidades. Es producto de una constante organización, problematización y discusión del “orden dado” en búsqueda de una comunidad para todes, atravesada por justicia social, con igualdad de oportunidades y reticente a las discriminaciones. El encuentro es producto de las redes que los movimientos feministas han tejido durante décadas, que son las mismas que hoy nos sostienen y organizan. Frente a las lógicas conservadoras y neoliberales que profundizan la crisis de representación existente, resulta menester continuar sustentando y consolidando lo que se ha logrado hasta aquí.
¡Nos vemos en Bariloche!
